LA CASA DE LOS CUATRO PUNTOS CARDINALES

jueves, 13 de noviembre de 2014

Alambre de Letras

La mayor contienda que el mundo había conocido hasta aquel momento dio comienzo hace 100 años, el 28 de julio de 1914, el día en que Johnny cogió su fusil para recorrer unos senderos que no serían precisamente de gloria. Y es que el camino desde las alambradas hasta Tipperary era mucho más largo de lo que parecía, y muchos ya nunca volverían a ver ni Piccadilly ni Leicester Square, como decían las estrofas que cantaban los Tommies (soldados británicos) y Doughboys (reclutas americanos) de la época…


Para no olvidar jamás el daño que, un siglo atrás, el hombre fue capaz de infligir a sus semejantes en lugares como el Marne o el Somme, una audaz editorial de nuevo cuño, Neonauta Ediciones, ha decidido apostar por una propuesta de desbordante imaginación, y además servida en ese formato de papel que ya casi parece una rareza, recuperando de las trincheras esta singular antología de relatos entre los que tengo el honor de figurar como autor. Pero la cosa no queda sólo en la mera hazaña bélica, o antibelicista, ya que Alambre de Letras ha enriquecido el hilo conductor de la Gran Guerra hermanándolo con las temáticas de ciencia ficción y pulp, dos vertientes que constituyen la base de su línea editorial.





Mi aportación literaria a esta recopilación de 14 visiones sobre la guerra del 14 se produce en forma de un relato de viajes en el tiempo que lleva por título El hombre que vivió un instante de dos guerras. En él encontraréis a un personaje que protagoniza una situación insólita durante el conflicto mundial que aglutina estas historias, todo ello aderezado con elementos fantásticos y anacrónicos. No puedo opinar acerca de los demás relatos incluidos en el volumen, ya que aún no los he leído, pero estoy seguro de que no tienen desperdicio. En cualquier caso, valga mi agradecimiento a Neonauta Ediciones por esta antología que acaba de ver la luz, así como a los lectores que deseen adquirir la obra, editada con unas magníficas ilustraciones para la ocasión, por decidirse a acompañarme en un extraño periplo a través del tiempo mientras leen El hombre que vivió un instante de dos guerras.